Exaltación mallorquinista

Joan Font Rosselló. Hacía tiempo que por estos pagos no observábamos semejantes arrebatos de exaltación mallorquinista. Qué habrá pasado habrá que preguntárselo a los actores políticos pero mucho me temo que ha sido la irrupción de la Fundació Jaume III lo que ha removido de verdad el gallinero. Esta sobreexcitación identitaria ha tenido dos fases. La primera protagonizada por quienes hasta hace dos días nos venían a decir que la identidad mallorquina no era más que un apéndice de otra identidad más noble, antigua y superior, la catalana. En efecto, no han faltado patéticas profesiones de fe mallorquinista (“No pens demanar disculpes”, Miquel Angel Vidal, UH, 21-11-2013), probablemente movidas por la mala conciencia de su seguidismo vicario a todo lo catalán. Otros han insistido, tratando de convencerse a sí mismos, de que el único y auténtico mallorquinismo era aquel ligado al catalanismo. El otro, ya se sabe, sería de andar por casa (“mallorquinisme de panfonteta”, como acuñó el profesor Jaume Corbera; o de “gerreta i paneret”, como disparó el inefable Llorenç Capellà).

Incluso un sujeto como el hasta hace poco factótum de la OCB, Tomeu Martí, se lanzaba a la arena presumiendo de “mallorquinismo”, un sarcasmo digno de estudio. El colofón ha venido de la mano del nuevo diputado de Més, Miquel Àngel Mas, cambiando la habitual forma protocolaria de los pesemeros y prometiendo ahora “lealtad al pueblo de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera” en la toma de posesión de su cargo. El flamante diputado sustituía a Toni Alorda, un catalán nacido en Inca que, días después de denunciar un cartel colgado en los aparcamientos de la Plaza Mayor de Palma porque estaba escrito en mallorquín, volaba para Barcelona para sumarse a la cadena humana separatista junto con sus hermanos catalanes.

En un azorado cambio de camisa, los pancatalanistas han tratado de aparecer como “mallorquinistas” por contraposición al “antimallorquín” Bauzá. Su lenguaje ha cambiado. Antes se habrían llamado catalanistas a sí mismos y anticatalanistas a sus adversarios sin ningún rubor, a fin de cuentas, esto es lo que siempre han querido ser: una provincia de Cataluña. Pero, claro, los quintacolumnistas de Artur Mas y Oriol Junqueras no quieren perder el monopolio de patrimonializar las esencias patrias y si hay que cambiar la cáscara sin tocar nada más, se cambia y punto. La causa obliga.

Esta sobreexaltación identitaria recibía un nuevo impulso hace apenas unas semanas en Campos. El PP lanzaba la campaña “defensam lo nostro” que dejaba descolocados a sus adversarios, sobre todo porque éstos, en casi tres años, no se han centrado en otra cosa que en labrar la imagen de un Bauzá “españolista” y “antimallorquín”. Pobre bagaje. Dejando al margen la impropiedad a estas alturas de hablar de “lo nostro” –algo no exclusivo de Bauzá, por otra parte– en una sociedad abierta y moderna como la balear donde gran parte de los residentes ha nacido fuera, lo que denuncia, indirectamente, Bauzá, es la colonización cultural sufrida durante los últimos cuarenta años, nuestra supeditación, no sólo lingüística, sino cultural a Cataluña, este horror por este “mallorquí empeltat de català” que ha hecho que, ahora mismo, ni los foráneos ni los más jóvenes hagan ya ningún distingo. La reacción de los demás partidos ha sido furibunda y han presentado la campaña del PP como un “nuevo engaño” a los electores. Al mismo tiempo, ello ha obligado a PSIB –ahí está su infumable campaña contra los “barbarismos” emprendida por los cachorros de Armengol–, Més y PI a elevar todavía más el tono de su mallorquinismo.

Estos súbitos cambios de piel no son nada nuevo porque nuestros catalanes de Mallorca siempre han jugado al equívoco. El catalanismo se ha acabado imponiendo en todas las facetas culturales, lingüísticas y educativas de Baleares porque, además de imponerse “manu militari” como lo ha hecho contra el castellano y todo lo español, en relación a lo mallorquín ha sabido hacerlo con mayor sutileza, asimilándolo como parte integrante –menor, parcial, atrasada, dialectal, pueblerina– de un todo catalán al que, en nombre de la ciencia y progreso, debíamos integrarnos. El pancatalanismo ha operado en dos direcciones: erradicación brutal del castellano y suplantación del mallorquín. Nada más patético, aunque muy revelador, que estos jóvenes separatistas de Artá, Manacor o Felanitx atizando contra todo lo español como algo ajeno y foráneo, oponiendo su “catalanidad” como mallorquines a la “españolidad” de Bauzá, sin percatarse de que la enseñanza pública –y no las familias–, TV3 y el Barça les han escamoteado aquella identidad en cuya piel tan cómodos se sintieron sus abuelos y la inmensa mayoría de sus padres, que compatibilizaron mallorquinidad y españolidad sin ningún problema, sin sentirse nunca catalanes.

Lejos de fomentar nuestras raíces, en treinta años el catalanismo ha contribuido a su disolución, desfigurando todo lo mallorquín, apropiándose de todo lo que valía la pena –desde Ramon Llull hasta Mossèn Alcover– como si fuera “parte de” la catalanidad, vaciándolo de contenido y seleccionando lo que les convenía, mezclándolo con elementos propios de Cataluña y disolviéndolo en un “totum revolutum” de nuevo cuño. A día de hoy podemos certificar que la llamada “cultura popular” (xeremies, ball de bot….) ha caído en manos de ERC y PSM, los mismos que en los ochenta la despreciaban por folklórica y rural. La defensa del mallorquín –y el sacrosanto dogma de la unidad lingüística– durante los setenta y ochenta fue la percha, la coartada, para endosarnos el catalán y darnos la magnífica oportunidad de formar parte de este mundo de progreso y civilización en que se ha convertido Cataluña. Estamos hablando de un tronco originariamente mallorquín al que han ido injertando ramas catalanas que lo han desfigurado por completo. Una suplantación en toda regla. Sin ir más lejos, los libros de texto de nuestros escolares, incluso los que dicen estar adaptados a las modalidades insulares, sintetizan a la perfección hasta donde ha llegado esta suplantación, hasta el punto de que las nuevas generaciones ya son incapaces de distinguir lo que es mallorquín de lo que es barcelonés. Para ellos, todo ya es catalán. La anexión perfecta consiste en que los anexionados ni siquiera se den cuenta de ella. Esto y no otra cosa es lo que, a mi juicio, quiere defender José Ramón Bauzá en su campaña “defensam lo nostro”. Restaurar nuestras verdaderas raíces culturales –cuyo espíritu, repito, poco tiene que ver con este negocio artificioso, politizado y subvencionado que han creado los gestores culturales del PSM a su alrededor– no debería consistir tanto en volver al discurso vago y vacuo de “lo nostro” de Gabriel Cañellas sin concreción alguna, como a desprenderse de este yugo cultural-lingüístico que nos han uncido desde el poder al dejar la cultura, la lengua y la educación en manos de los ingenieros de almas nacionalistas. El catalanismo nos ha convertido en una colonia lingüística y cultural de Cataluña, el espejo redentor en el que siempre se han mirado el PSM y ERC, y al que se han ido sumando después las nomenclaturas de PSIB, PI e IU.

Publicat a El Mundo-El Día de Baleares, el 8-3-14

La Fundació Jaume III

Apreciat director d’Última Hora:

A s’edició des seu diari corresponent a dia 23 de gener d’enguany hi havia un article de Llorenç Capellà titulat “La Fundació Jaume III” que, com és natural, vàrem llegir amb gran interès. Per desgràcia, tot lo que deia damunt sa Fundació i es contactes que es seus representants han iniciat amb sos partits polítics no era sinó un enfilall de dois que ni tan sols mereixeria un comentari si no fos per sa frase final. O sigui, per aquesta frase: “Sempre els quedarà Vox, la darrera aposta d’Ortega Lara, un antic escarceller tan apropat a Don Francisco que tot allò que suposi empetitir la llengua catalana li semblarà mel i mantega”. Com pot comprendre, qualcú capaç de qualificar de “antic escarceller” una persona que va passar 532 dies segrestat en un habitacle de 3 metres de llargària, 2,5 d’amplària i 1,8 d’alçària, en es subsòl d’una nau industrial, sense altra claror que sa d’una bombilla; qualcú així, que arriba en aquest grau d’immoralitat i d’infàmia, només és digne d’un epítet: miserable.

Miserable en grau superlatiu si hi afegim, a més, que es mateix autor va publicar fa uns anys un Diccionari vermell on feia un recompte de totes ses víctimes de sa repressió franquista a Mallorca. ¿Per què tanta sensibilitat cap a sa memòria històrica d’unes víctimes i tanta insensibilitat, despreci diríem, cap a unes altres? Aquests parts i quarts, ¿no són una prova d’un maniqueisme malaltís que l’inhabiliten per donar qualsevol lliçó?

Atentament,

Joan Font Rosselló i Xavier Pericay
Patrons de sa Fundació Jaume III

“Se queda corto, no dice qué formas son preferentes”

M.A. / Palma La Fundación Jaume III celebra que, por primera vez en 30 años, un Gobierno haga caso a las modalidades insulares y se plantee “de forma decidida” defenderlas tal y como establece el artículo 35 del Estatuto de Autonomía. Estas declaraciones surgen a raíz de la edición y presentación por parte del Institut d’Estudis Baleàrics del libro Les modalitats insulars. Recull de formes lingüístiques de les Illes Balears.

La Fundación Jaume III agradece la sensibilidad del actual Govern hacia unas formas genuinas de Baleares que, aunque están plenamente normativas, han sido “despreciadas y arrinconadas sistemáticamente” en todas las instituciones de esta comunidad autónoma.

A partir de ahora, declara, gracias a “este libro de referencia”, todas estas instituciones no tendrán ninguna excusa para no servirse de un patrimonio lingüístico que nunca se tendría que haber dejado de usar.

No obstante, cree que este libro es un “simple compendio” de las formas lingüísticas baleares aceptadas por el Institut d’Estudis Catalans, y aunque valora este trabajo y el acierto del IEB en sacarlo en formato libro, reconoce que es poco útil en la práctica, ya que un compendio por sí mismo no implica ninguna recomendación a la hora de fijar qué formas deberían ser preferentes en Baleares. “Creemos que en este sentido se queda corto”, critican desde Jaume III.

Publicat a El Mundo-El Día de Baleares, 12-12-13

Modalitats per donar i per vendre

S’entrada en escena de sa Fundació Jaume III ha causat un daltabaix dins ses capelletes catalanistes. Ses reaccions públiques han estat i són de lo més variades. Primer de tot, incredulitat: no se’n poden avenir, se’n fan creus, no hi poden donar passada. Molts que volen fer mèrits, i qualque cappare ferit, estan passant llista, un darrere s’altre, pets òrgans oficiosos de sa premsa catalanista per ridiculisar ses finalitats de sa nostra fundació i trobar-li ossos en es lleu. Comme il faut. Entre sa colla d’ofesos i humiliats n’hi ha hagut que han fet autèntiques confessions de fe mallorquinista com mai havíem vist abans, pentura per mala consciència. D’altres han volgut convèncer-se a si mateixos que es vertader mallorquinisme està vinculat, històricament i inexorablement, amb so catalanisme. Fins i tot hi ha hagut qualque professor universitari des departament de filologia catalana, d’aquests que no llegeix sa premsa contrària -com és aquest diari- per no alterar es seus nirvis –Déu mos en guard–, que ha sortit tot xarpat per insultar un servidor i es patrons més significats de sa nostra fundació.

Aquestes reaccions han estat de tres classes. N’hi ha que, simplement, s’han dedicat a denostar es mallorquí com si fos equiparable an es binissalemer, es manacorí o… ¡s’andalús! D’altres han negat es fets, o sigui, que aquí no s’hauria imposat un estàndar amb base barcelonina, una actitud, per altra banda, habitual entre es nacionalisme, sa mateixa que els duia a negar que hi havia immersió lingüística a ses escoles. D’altres, potser més conscients que no se pot despatxar un tema tan delicat com aquest de forma tan superficial, han confessat que ells sempre han estat partidaris de ses modalitats insulars.

¡Perquè ara resulta que tots sempre han estat partidaris de ses modalitats insulars! Me contaven s’altre dia que es diputat Toni Alorda havia confessat a un diputat des PP que ell també era partidari de ses modalitats, lo que passava és que “es PP tot ho politisava”. Bé, n’Alorda va denunciar un cartell dets aparcaments de sa Plaça Major de Palma perquè estava escrit en sa modalitat mallorquina, abans d’anar-se’n, des cap de tres dies, a Barcelona per formar part de sa cadena humana de sa Via Catalana de s’onze de setembre.

Publicat a El Mundo-El Día de Baleares, el 6-12-2013

Bauzá rep la Fundació Jaume III poques setmanes després de la seva constitució

José Ramón Bauzá ha rebut aquest dimecres els patrons de la Fundació Jaume III, poques setmanes després de la seva constitució, el 10 d’octubre, i posterior presentació pública de la seva declaració d’intencions.

El passat 18 de novembre, durant la seva posada en societat al Club Nàutic de Palma, on no assistí cap membre de l’actual Govern, la Fundació ja advertí que la seva intenció era començar una roda de trobades amb els sindicats educatius, amb la Conselleria d’Educació, amb els consells insulars o amb la UIB.

Aquest dimecres la Fundació ha començat la seva ronda de trobades directament amb el màxim dirigent del Govern Balear i un dels més destacats defensors de les modalitats balears enfront del català estàndard. Alguns dels patrons de la Fundació i el president de la Fundació, Josep Zaforteza, s’han reunit amb Bauzá al Consolat per mostrar-li quines són les línies que volen seguir per aconseguir la introducció d’un model de llengua balear allunyat del català estàndard.

Publicat a dBalears, el 4-12-2013

Més informació a mallorcadiario.com, 4-12-2013

Hombre de paja

Hace unos días, Eduardo Jordá señalaba toda una serie de fantasías delirantes que se cree muchísima gente, sin fisura alguna: que Hitler sobrevivió a la guerra, la CIA inventó el sida y creó Facebook, el Vaticano mató a John Lennon y Scotland Yard a Lady Di, etc. La creencia en disparates no es algo exclusivo de épocas oscuras, teñidas de fervor religioso, sino que invade de pleno nuestra moderna realidad cibernética. Basta pasearse por las redes sociales para ver cómo se aceptan informaciones chocantes de forma automática, sin tomarse la mínima molestia de comprobarlas. La inmediatez acucia de tal manera que no tenemos tiempo más que para engordar nuestras cóleras y obsesiones. Los llamados fakes son la excusa para dar rienda suelta a nuestro populismo más irredento, aquel que nos convierte en turba que no razona ni contrasta.

Estos fenómenos nos conducen al terreno de la falacia más recurrente en momentos de confrontación, como es la del hombre de paja, que consiste en el intento de desfigurar los argumentos o intenciones del adversario para así facilitar un ataque a su posición. Si la falacia ya de por sí es un terreno en el que se vive acogedoramente, porque permite asentar las torceduras de nuestra mala fe, en este caso se alcanza su grado máximo, pues nos regala el lujo de inventarnos el rostro de nuestro oponente, dejándolo a merced de una condena fulminante. La premisa es tribal, porque deformando al otro permitimos que nuestros principios se reafirmen con la violencia que excluye toda reflexividad o debate.

Ejemplos hay muchos, a todos los niveles, pero el más chocante y reciente, en Mallorca, es el que se refiere a la nueva fundación Jaume III, que se presentó hace dos semanas. Para alguien, como es mi caso, que sabe exactamente qué pretende dicha entidad, porque conoce a sus dos principales impulsores (Joan Font y Xavier Pericay), asombra leer las acusaciones que se le están dirigiendo en ciertos ámbitos. Estamos ante una falacia del hombre de paja de manual, porque se grita histéricamente “¡gonellisme!”, cuando la fundación admite claramente que el mallorquín es un dialecto del catalán, o que se trata de unos “defensors del monolongüisme castellanista”, siendo Font y Pericay bilingües que tienen al catalán como lengua materna. En fin, un cúmulo de despropósitos que no tiene otro objetivo que intentar, con malas artes, obstaculizar un debate interesante y necesario sobre la cuestión lingüística (concretamente sobre una riqueza léxica arrinconada por la aplicación excesiva del estandard catalán), demonizando a sus antagonistas con los ropajes de la mentira y la difamación. “Ave hombre de paja, morituri te salutant”.

Publicat a El Mundo-El Día de Baleares, el 2-12-2013, i recollit en es blog de s’autor.

Sa sociolingüística o es pensament totalitari

Dijous, 21 de novembre, es portaveu de sa Fundació Jaume III, Joan Font Rosselló, se posà en contacte amb so diari digital dbalears.cat per veure si li publicarien un article en resposta a ses múltiples columnes d’opinió on se critica sa nostra fundació. Primer, sa periodista Cristina Polls li va dir que sí, fins i tot demanà a Font Rosselló una foto que acompanyàs es text. L’endemà, divendres, sa mateixa periodista, després de “valorar-ne la seva publicació”, comunicava an es nostro portaveu que només li oferia publicar-lo com a “cartes del lector”, cosa a la qual es nostro portaveu se negà  Aquí teniu reproduït s’article de Font Rosselló en resposta a s’enfilall de crítiques publicades a dbalears.cat i que aquest diari no ha volgut publicar en peu d’igualtat amb sos articulistes que abans l’havien criticat.

JFontRossell

Es naixement de sa Fundació Jaume III ha posat nirviosos an es sectors més catalanistes. Basta veure ses patètiques professions de fe mallorquinista d’aquests dies. Serà mala consciència? Ses acusacions són múltiples i de caire molt distint. En primer lloc, han cercat set cames en es moix en es vídeo promocional “A Mallorca, en bon mallorquí” (més de 17.000 visites només a You Tube) per concloure que és un espot “ignominiós” i manipulador. Pareix que es nivell de realisme i de matisos que s’exigeix an es nostre espot publicitari és es mateix que s’exigiria a una tesi doctoral. Ells, tan avesats a xerrar de registres, no són conscients que un anunci és un anunci i que lo que cerca no és exactament lo que persegueix un estudi més rigorós. S’espot ha estat un èxit, sa millor prova d’això són ets articles que s’han escrit arran de sa seva emissió.

Sa segona acusació són ses intencions ocultes i malignes que tendríem es promotors de sa Fundació Jaume III: “esquarterar” sa llengua catalana perquè acabi triomfant socialment es castellà, com si no hagués triomfat ja després de trenta anys de catalanisme a ses escoles. És una tradició típica, sobretot entre s’esquerra d’aquest país, cercar segones i terceres intencions amb s’únic objectiu de passar de puntetes per damunt sa vertadera voluntat des seus adversaris. Entenc aquesta reacció: es catalanisme, minoritari a ca nostra, no fa altra cosa que atribuir an ets enemics totes ses seves obsessions. Ser catalanista a Mallorca no ha estat, tradicionalment, massa ben vist i és per això que ha acabat interiorisant una manera de ser molt particular: amagar ses seves intencions –que no són altres que convertir-mos en sa quinta província catalana– baix una aparença culturalista i lingüística, o enganar es poble defensant es dogma de s’unitat de sa llengua quan en realitat lo que sempre han perseguit és sa seva uniformitat a través de s’estandarisació. De fet, se creuen ets amos de ses ametles, i clar, no toleren que se pugui defensar una llengua d’una altra manera de com ho fan ells. Per cert, amb resultats desastrosos.

Sa tercera acusació, i vet aquí on me voldria centrar, és tractar-mos d’ignorants, d’incultes, de dir “dois a balquena” perquè no entendríem sa definició d’un estàndar, d’un dialecte o d’un ideolecte. Segons ells, no entendríem es concepte de registres, de formalitat/informalitat, d’àmbits restringits/no restringits i d’altres berbes sociolingüístiques. N’hi ha, fins i tot, que mos acusen de no sebre escriure en català. No vaig tenir cap problema per treure-me es certificat C a sa primera i, quan tenia desset anys i cursava COU (en poden demanar informes an en Pere Rosselló Bover, professor actual de sa UIB i llavors de s’Institut Ramon Llull), en relació a llengua catalana, ningú me menjava sopes damunt es cap. Bé, me posaren una Matrícula d’Honor. Mirin, jo sé escriure perfectament català estàndar, no en faltaria d’altra!, si no hi escric és perquè, des de sa nostra fundació, presentam una esmena a sa totalitat en aquest estàndar perquè, torn repetir, no mos hi sentim identificats. Per això, sa nostra proposta és revisar-lo amb s’intenció que s’acosti an es mallorquí que xerram cada dia.

Deixant de banda anècdotes personals, anem a parlar de sociolingüística. N’hi ha que hem llegit, i de molt jovenets, Lluís Vicent Aracil, es pare de sa sociolingüística catalana. Aquesta disciplina, que no té res de científica més enllà de ses seves fàtues pretensions, no és altra cosa que un programa polític, ho reconeix es mateix Aracil. I a més, jo hi afegiria, un programa polític de caire lliberticida com ho és sa normalisació lingüística (linguistic planning, planificació lingüística, és es nom que rep a d’altres indrets del món, amb sa component estatalista que implica es verb “planificar”), una filla il·lustre d’aquesta disciplina. No insistiré en aquest punt perquè, durant anys, he consagrat bona part des meus articles a El Mundo-El Día de Baleares a desmuntar ses bondats d’aquesta fal·làcia. Com ho és tota aquesta parafernàlia que s’han inventat en relació amb sos registres (estàndar, dialecte, idiolecte…) i que molts s’han cregut com si fos sa paraula de Déu. Com deia Chesterton, d’ençà que no creuen en Déu, creuen en qualsevol altra cosa. Sa defensa des registres (formals, informals, àmbits generals/restringits, admissible, estàndar…) no és altra cosa que admetre que es català central (sa base de s’estàndar, no mos enganem, per molta “diasistematicitat” que hi volgueu introduir) és superior an es mallorquí, que mos hem de resignar a tenir un “dialecte”. Això és tot, sa teoria des registres és una bastimenta intel·lectual per fer creure an es balears que lo que hem xerrat durant segles i que hem denominat mallorquí, menorquí i eivissenc, no té categoría lingüística a cap àmbit formal, culte o acadèmic. Naturalment, jo, com n’Alcover o es primer Moll, som contrari en aquest plantejament. Jo crec que es mallorquí té tanta categoria com es català central, sa base de s’estàndar, per això som partidari d’un estàndar autònom per a ses Balears que reconegui unes particularitats lingüístiques que avui en dia no se reconeixen. I no se reconeixen per dues raons: per ses evidents limitacions d’un estàndar centralisador i unificador com es que tenim (s’assumpció d’un estàndar i sa seva diversificació suposa, sense remei, sa pèrdua de sa riquesa dialectal, ¡llegesquin Aracil!) i, no manco important, perquè es normalisadors, estandarisadors, escriptors i periodistes d’aquesta terra no volen treure tot es suc a sa normativa que permet s’IEC en relació a s’ús de ses modalitats insulars.

Es catalanisme, bé sigui per ses lògiques limitacions d’un estàndar concebut a Barcelona, bé sigui per s’incúria i sa poca voluntat des seus usuaris balears, no va de modalitats, i de ver que em sap greu perquè han tengut una oportunitat històrica, trenta anys de domini absolut en sa matèria, per tenir-les una mica en compte. I no han volgut!

I no facin passar per sensibilitat cap a ses modalitats insulars es fet que es mestres de català (o d’altres que fan assignatures en català) no utilisin s’estàndar (per exemple, s’article literari) a s’hora de dirigir-se an ets seus alumnes. Saben perfectament que si s’estàndar només s’ha implantat a sa llengua escrita i no a sa parlada és per por de fer es ridícul (ridícul a s’hora de parlar, però no per escriure!), no per cap altra raó. Si fossin coherents i seguissin sa mateixa teoria des registres que tant defensen sabrien (sí, sa mateixa classificació ortofònica fixada per sa normativa de s’IEC) que fer una classe a un col·legi té un carácter de formalitat abastament com per repudiar s’article baleàric, permès només per a usos col·loquials i registres informals.

Nace la Fundació Jaume III para defender el mallorquín

Germà Ventayol Ante medio centenar de personas tuvo lugar ayer la presentación pública de la Fundació Jaume III, que preside el exsenador y exmagistrado del TSJB Josep Zaforteza. La entidad tiene previsto plantear un estándar lingüístico del mallorquín, según explicó el vicepresidente y profesor de la UIB Joan Font, el cual precisó que «nosotros aceptamos que procedemos del mismo tronco lingüístico que el catalán, pero no queremos la uniformidad que se nos impone». Zaforteza, por su parte, afirmó en su intervención que «la inmersión lingüística significa la muerte del mallorquín», una postura que defendió en base a que «nos vemos obligados a ser leales con nuestros antepasados».

 

Expolíticos del PP

A la presentación de la Fundació Jaume III asistieron, entre otros, algunos exdirigentes del PP balear, como la exeurodiputada Francisca Bennàssar, la exdiputada nacional Mariona Valls y el exconcejal Sebastià Barceló. Además, también acudieron los empresarios Gabriel Sampol y Gabriel Barceló, este último como vocal de la fundación. Sebastián Urbina, también profesor de la UIB, fue otro de los asistentes a la presentación. El vicepresidente de la Fundació anunció la elaboración de «un libro de estilo» para el uso del mallorquín –tanto hablado como escrito–, aunque admitió que «hay muchas maneras de hablarlo».

Respecto a la creación de un estándar propio, que incluya las formas del catalán que se habla en Mallorca, Font precisó que «no se ha agotado el margen que da en la actualidad el Institut d’Estudis Catalans», precisando a continuación que su propuesta «está, al menos en un 95 por ciento, dentro de las normas de la lengua catalana». En esta línea se mostró crítico con el papel de la UIB y la Obra Cultural, de la que dijo «es el caballo de Troya del catalanismo».

Publicat a Última Hora, 18-11-2013

La sal en nuestras bocas

Román Piña Valls El logo de la Fundació Jaume III parece
aludir a las cuatro islas de la comunidad balear,
pero a mí me ha recordado a la cresta
que recorre el lomo de un dragón. ¿Significa
esto que los patronos de esta fundación son
como los ilusos enanos que Tolkien lanzó
contra el terrible dragón Smaug? Lo que resulta
claro es que a la fundación que preside
Josep Zaforteza y que se presentó a la prensa
ayer, la apuntalan una nómina de caballeros
andantes dispuestos a enrolarse en causas
románticas. Quieren rescatar a una princesa
que lleva demasiado tiempo encerrada
en una mazmorra, humillada y moribunda. Y
devolverle su brillo y su voz.

Sirva la princesa
como metáfora de las modalidades mallorquina,
menorquina o ibicenca del catalán, cuya
supervivencia muchos ven amenazada por
la estandarización y normalización del catalán
barcelonés con todo el poder que le conceden
las autoridades académicas y políticas.

Así que ayer a las 12.00 horas, una mañana
de perros, cuarto día de lluvia ininterrumpida,
Josep Zaforteza y Joan Font Rosselló,
vicepresidente, presentaron en sociedad y ante
la prensa a la criatura.

(…)

Publicat a El Mundo, 19-11-2013