La sal en nuestras bocas

Román Piña Valls El logo de la Fundació Jaume III parece
aludir a las cuatro islas de la comunidad balear,
pero a mí me ha recordado a la cresta
que recorre el lomo de un dragón. ¿Significa
esto que los patronos de esta fundación son
como los ilusos enanos que Tolkien lanzó
contra el terrible dragón Smaug? Lo que resulta
claro es que a la fundación que preside
Josep Zaforteza y que se presentó a la prensa
ayer, la apuntalan una nómina de caballeros
andantes dispuestos a enrolarse en causas
románticas. Quieren rescatar a una princesa
que lleva demasiado tiempo encerrada
en una mazmorra, humillada y moribunda. Y
devolverle su brillo y su voz.

Sirva la princesa
como metáfora de las modalidades mallorquina,
menorquina o ibicenca del catalán, cuya
supervivencia muchos ven amenazada por
la estandarización y normalización del catalán
barcelonés con todo el poder que le conceden
las autoridades académicas y políticas.

Así que ayer a las 12.00 horas, una mañana
de perros, cuarto día de lluvia ininterrumpida,
Josep Zaforteza y Joan Font Rosselló,
vicepresidente, presentaron en sociedad y ante
la prensa a la criatura.

(…)

Publicat a El Mundo, 19-11-2013

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